sábado, 24 de marzo de 2007

Gayatri 5 Enero 2005

Somos misteriosamente extraños a la luz de muestras propias definiciones humanas, demasiado humanas. Hemos olvidado proclamar lo falso como falso y lo verdadero como verdadero. Hemos confundido los niveles de percepción y estamos en medio del mar embravecido, buscando quien pueda llevarnos a salvo a la costa. La realidad de las cosas no la podemos encontrar con juego de palabras, la creación es un acto donde la divinidad misma está comprometida; requiere de una conexión profunda con la fuente de la santidad.
¿Será este el propósito de nuestras vidas?
Las escrituras vedicas nos muestran todo un mundo de definiciones trascendentales capaces de llevarnos a la orilla, aunque el mar esté furioso y la tormenta nos atormente.
Por eso está escrito en el Svetasvatara Upanishad (6:23) solo aquellas almas que tienen fe implícita…se les revela todo el conocimiento vedico.
No es difícil de alcanzar la armonía, si aceptamos al maestro espiritual sin reservas mentales, nuestra mente se estabilizara y la trascendencia estará disponible como un torrente de lluvia fresca sobre las almas de los buscadores.
Las definiciones de acuerdo a nuestros gustos y aversiones es el primer impedimento que debemos vencer. La pervertida tendencia a ver al otro como otro, distinto, separado y opuesto, es un pecado que debemos superar. El Dios de tus sueños, el señor de tus ruegos, la dulzura de la forma, jamás puede transgredir la unidad que representa. Quién eres tu, de dónde proviene tu conocimiento para señalar a este como verdadero y al otro como impostor? Por qué este maestro espiritual deberá ser diferente y opuesto al que tu consideras el verdadero? Por qué atacas con los mismos argumentos con que eres atacado o es atacado tu maestro espiritual? No es esto como mínimo paradójico y risueño? No será que la auto indagación debe comenzar por estas cuestiones básicas, tan lineales, tan simples, pero tan destructivas de la fe y la esperanza de tantos buscadores?
Lo falso es falso y lo verdadero es verdadero, lo falso es que tú tienes la verdad, lo verdadero es que tú eres la verdad. Y lo trascendental es que al final, todo se absorbe en la Luz.