sábado, 24 de marzo de 2007

Gayatri 11 Enero 2005

Las dificultades deben ser un estímulo capaz de extraer de nosotros firmeza y determinación, una “santa obstinación” como me enseña Vijaya Acarya. Si la vida es un reto, con el entusiasmo y la simplicidad de la verdad de Dios, podemos transformar los conflictos que invaden y contaminan nuestro ser interior y nuestra vida de relación. Comprender sobre el conflicto es un paso más en el camino hacia la trascendencia, es una ventaja que nos permite aceptarnos como herederos de la luz. Los senderos espirituales están para transformarnos, no para ser jaulas de nuestras pasiones bestiales, espacios donde esconder nuestras orfandades. Renunciar al prejuicio que proclama la imposibilidad de la transformación es de vital importancia. No debemos sacar conclusiones falsas o equivocadas en nombre de nuestros prejuicios; el prejuicio mayor está en nuestra capacidad innata de comparar. Se compara se mide, se suma y se resta, de declara bueno o malo, justo o pecador; a nuestro capricho absolvemos o condenamos. Una mente así, solo puede vivir y alimentarse de conflicto. Tú no eres el mismo que ayer, algo de ti evoluciono, algo de ti se elevó a los confines del espacio y se contacto con la Suprema Luz. No eres un pecador sin remedio, una maldad sin redención.
El Gayatri mantra limpia el corazón y la mente, purifica nuestras tendencia al espanto y el horror y nos eleva a las alturas celestiales.
He aquí el secreto que nos une en una comunidad de hermanos. En gayatri vedanta yoga existe una ley no escrita que denota la santidad de sus miembros, todos creemos que el pecador más empedernido puede en un instante cambiar y transformarse en un santo capaz de redimir a toda la humanidad y, todos somos sirvientes que buscamos ese grado de perfección. En gayatri vedanta yoga, jamás se debe permitir que nadie pueda condenar a otro hermano, silenciarlo por cuestiones personales, descalificarlo, etc. Cuando se deba tomar una resolución sobre algún aspecto doloroso, debe ser público y transparente. Si adherimos a la falsa compasión de hablar por los costados y guardamos silencio en el cara a cara, estamos causando un gran daño. No es compasión murmurar en los rincones y frente a la persona hacer que no se sabe nada o lo que es peor, guardar un silencio que incluso llega a ignorar al otro. Esto constituye un grave pecado.
El gayatri es una plegaria universal está destinada a toda la humanidad, esto lo proclaman todos los maestros espirituales de la India; el gayatri no posee dueños, no hay escuela filosófica, secta o agrupación que pueda decir tu no lo cantas, esto pertenece a este exclusivo grupo. pensar así es un grave pecado.
El gayatri es una bendición que está esperando que nuestro corazón se abra. No hay gayatris secretos o especiales, no hay alguna cuestión oculta que no dará un atajo en la iluminación el gayatri está disponible para todos, en todo momento. La persona solo debe buscarla con el corazón sincero. Por eso los Acharyas no niegan la entrega del mantra nunca, no importa la hora o el lugar, ellos siempre lo dan.
Esto es importante porque una de las dificultades que debemos solucionar es la tendencia que tenemos a pensar que nosotros somos parte de un grupo de seleccionados. Toda la humanidad está seleccionada para cantar el gayatri, incluso los árboles, pájaros, animales y bestias se benefician con el canto del sagrado sonido. Esta es una verdad. Nosotros somos elegidos para ser una avanzada en medio de tanta oscuridad, por eso estamos tan sorprendidos y agradecidos a la madre Gayatri y, esa elección nos da un derecho a trabajar incansablemente para que Dios encuentre sus moradas en esta tierra.
Cuando cantamos las 24 sílabas sagradas, renunciamos a los prejuicios y alimentamos la eterna lámpara del amor y la compasión. Si unimos nuestra voluntad a la voluntad divina, seremos capaces de percibir al mundo como una fiesta de luces, colores y danzas.